Terminamos
este del año litúrgico, con la solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo,
después de haber recorrido la vida de Jesús, siguiendo el evangelio
de Marcos…
Evangelio según san Juan:
18, 33-37
En aquel tiempo, preguntó Pilato a Jesús:
"¿Eres tú el rey de los judíos?" Jesús le contestó: "¿Eso lo
preguntas por tu cuenta o te lo han dicho otros?" Pilato le respondió:
"¿Acaso soy yo judío? Tu pueblo y los sumos sacerdotes te han entregado a
mí. ¿Qué es lo que has hecho?" Jesús le contestó: "Mi Reino no es de
este mundo. Si mi Reino fuera de este mundo, mis servidores habrían luchado
para que no cayera yo en manos de los judíos. Pero mi Reino no es de
aquí".
Pilato le dijo: "¿Conque tú eres
rey?" Jesús le contestó: "Tú lo has dicho. Soy rey. Yo nací y vine al
mundo para ser testigo de la verdad. Todo el que es de la verdad, escucha mi
voz".
Reflexión:
¿Porqué Jesús es rey?
Al cierre de este año litúrgico,
nos viene muy bien recordar como San Ignacio de Loyola, en los Ejercicios
Espirituales, al comienzo de la segunda etapa de estos, nos presenta una
parábola sobre un rey terrenal, para disponernos a escuchar al Rey
Eternal, a Jesucristo. Durante toda esta segunda etapa, se va conociendo
a Jesús: quién es él, qué propone (actitudes, comportamientos, forma de vivir,
etc.), cuál es su buena nueva, cómo vivirla y cómo hace siempre referencia a su
Padre … y así, poder entender en que consiste el Reino de Dios.
Decir que él es Rey,
sin saber y entender el porqué, nos deja incompletos, como a Pilatos; mientras
que cuando conocemos a Jesús, y por ende a su Padre, nos lleva comprenderlo
internamente (en el corazón), a enamorarnos de su proyecto, a
comprometernos a seguirlo, a su manera y con entusiasmo… como dice el dicho,
“nadie ama lo que no conoce”.
Al cierre de este ciclo
litúrgico, y habiendo conocido internamente a Jesús, podremos reconocer
a Jesús, como el:
* “Hijo de Hombre”, enviado por Dios, para salvarnos…
* que “desciende del cielo, entre nubes”…
que es, el que era y el que ha de venir, el
todopoderoso…
* que viene en el nombre del Señor…
testigo fiel, de verdad, justicia y paz…
* nos muestra el camino hacia el Reinado de Dios…
* maestro de la misericordia y el amor…
que nos enseña a orar, “venga tu reino,
hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo”…
* que ama y sirve, comenzando por los más
necesitados…
A diferencia de los “reyes”
(dictadores) terrenales, que buscan poder, riqueza y control, Jesús no vino
a imponerse, por el contrario, entregó su vida por nosotros, para que
tengamos “vida abundante”; es un Rey humilde que lidera desde el amor
y servicio; que habita en nuestro corazón, para siempre busquemos la
verdad, que nos tratemos con amor y respeto, ayudándonos a crecer como personas,
en un entorno de paz y justicia… así es como reina Jesús. No está en
un mapa, sino dentro de nosotros cuando vivimos como Él nos enseña.
¿Cómo sería el mundo si todos viviéramos como ciudadanos del reino
de Jesús, amando y buscando la verdad?... ¿Qué significa para ti que Jesús sea
un Rey que da su vida por sus amigos?... ¿Qué puedes hacer hoy para mostrar que
perteneces al reino de Jesús?
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