sábado, 13 de julio de 2024

XV Domingo de Tiempo Ordinario – Ciclo B (Reflexión)

XV Domingo de Tiempo Ordinario – Ciclo B (Marcos 6, 7-13) – julio 14, 2024 
Amós 7,12-15; Salmo 84; Efesios 1, 3-14



En las lecturas y el evangelio de hoy, nos recuerda como hemos sido enviados a colaborar en la misión de Jesucristo, y en ello, alcanzar nuestra felicidad…

Evangelio según san Marcos 6, 7-13

En aquel tiempo, llamó Jesús a los Doce, los envió de dos en dos y les dio poder sobre los espíritus inmundos. Les mandó que no llevaran nada para el camino: ni pan, ni mochila, ni dinero en el cinto, sino únicamente un bastón, sandalias y una sola túnica.

Y les dijo: “Cuando entren en una casa, quédense en ella hasta que se vayan de ese lugar. Si en alguna parte no los reciben ni los escuchan, al abandonar ese lugar, sacúdanse el polvo de los pies, como una advertencia para ellos”.

Los discípulos se fueron a predicar el arrepentimiento. Expulsaban a los demonios, ungían con aceite a los enfermos y los curaban.

Reflexión:

¿Cómo colaborar en la misión de Jesucristo?

San Ignacio de Loyola, desde su experiencia espiritual, nos enseña como reflexionar la Palabra, para “sacar provecho” para nuestra vida, desde una lectura contemplativa y activa; hoy podríamos decir que el mensaje es: nos llama a la misión, la confianza en Dios y el reconocimiento de nuestra identidad en Cristo,

·      para ello, al igual que Amós, tenemos que escuchar a Jesús, que nos dice a cada uno: ‘Ve y profetiza a mi pueblo, Israel‘, (y hoy Israel, es donde vivo); reconociendo y discerniendo que las verdaderas llamadas y misiones provienen de Dios y no de nuestros propios deseos o ambiciones…

·      nuestra identidad en Cristo nos impulsa a una vida de servicio y amor, sabiendo que somos amados y llamados por Dios, y así es dónde y cómo lo encontramos y hacemos presente en nuestra vida… (cfr. Sal 84)

·      como hijos de Dios que somos, hoy también  nos dice San Pablo, como a los efesios, que habremos de ‘alabar y glorificar’ a nuestro Padre. En términos del Principio y Fundamente de Sn. Ignacio: “somos creados para alabar (reconocer), reverenciar (respetar) y servir (colaborar) a Dios Padre, en lo que hacemos, y así salvar nuestra alma” (cfr. EE 25) …

·      Jesús nos envía, como a los apóstoles, a la misión: predicar y hacer presente el Reino del Padre: justicia, paz, fraternidad, misericordia…

En resumen, estas lecturas, nos llaman a una vida de discernimiento, misión y confianza en Dios. Nos invitan a reconocer las llamadas divinas y anhelar la presencia de Dios en todo y confiando en la providencia divina, para nuestro camino de servicio y amor: promoviendo la conversión a quienes hacen mal (intencionalmente o por ignorancia), y al mismo tiempo, sanado, aliviando y curando, a quienes sufren los efectos del mal; la misión es trabajar y hacer el bien, al estilo de Jesús, el maestro.

Necesitamos, seguir conociendo a Jesús, que nos revela la voluntad del Padre y confiar en Él, que lo único que desea es nuestro bien personal y comunitario. Jesús confía en nosotros, para que colaboremos en que su deseo se haga realidad.

 ¿Cómo discernir mi llamado a colaborar en la misión?... ¿Cómo involúcrame en la promoción del bien?... ¿Cómo contrarrestar la presencia del mal, en la sociedad?

 

PD. Los invitamos el próximo mes de agosto, a nueva tanda de Ejercicios Espirituales Ignacianos en la Vida Ordinaria, informes en: http://bit.ly/ejerciciosOL

 

#RecursosParaVivirMejor 

 

Para profundizar, leer aquí
Columna publicada en: https://bit.ly/RBNenElHeraldoSLP 

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