En
las lecturas y el evangelio de hoy, se destacan varios rasgos de la
personalidad de la gente, que impide podamos conocer y reconocer mejor a Jesús…
Evangelio
según san Marcos 6, 1-6
En aquel tiempo, Jesús fue a su tierra en compañía de sus
discípulos. Cuando llegó el sábado, se puso a enseñar en la sinagoga, y la
multitud que lo escuchaba se preguntaba con asombro: "¿Dónde aprendió este
hombre tantas cosas? ¿De dónde le viene esa sabiduría y ese poder para hacer
milagros? ¿Qué no es éste el carpintero, el hijo de María, el hermano de
Santiago, José, Judas y Simón? ¿No viven aquí, entre nosotros, sus
hermanas?" Y estaban desconcertados.
Pero Jesús les dijo: "Todos honran a un profeta, menos los de
su tierra, sus parientes y los de su casa". Y no pudo hacer allí ningún
milagro, sólo curó a algunos enfermos imponiéndoles las manos. Y estaba
extrañado de la incredulidad de aquella gente. Luego se fue a enseñar en los
pueblos vecinos.
Reflexión:
¿Qué prejuicios tengo sobre Jesús?
Al reflexionar sobre las lecturas de hoy, me vino a la mente, como
la experiencia de los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola, nos
prepara para poder “encontrar a Dios en todo y en todos”; esto, porque aunque
obviamente las personas a que se hace referencia las lecturas, no tenían esta preparación,
para poder reconocer en Jesús, al enviado del Padre (para sanarnos y
salvarnos), muchas personas seguimos teniendo las mismas actitudes (negativas),
las cuales hacen que el mensaje de la Palabra de hoy, siga teniendo vigencia:
· Seguimos siendo
testarudos, obstinados, incrédulos y rebeldes…
· Nuestra soberbia
nos gana, no reconocemos nuestra debilidad…
· No
prestamos atención a los mensajes que son para nuestro bien…
Por lo anterior, nuestro corazón y razón se cierran
a reconocer la presencia de Dios en nuestra vida, y a entender la buena
noticia, igual que les aconteció a los contemporáneos de Jesús; se suman
las ideas preconcebidas que tenemos sobre las personas (y sobre Dios) y la incredulidad
a lo que nos dicen los predicadores y profetas
de nuestro tiempo.
La ayuda para preparar nuestro corazón, nos la dan las mismas
lecturas:
· Hay que
aprender a escuchar,
· Siendo humildes
de corazón,
· Tenemos que
perseverar, sin desanimarnos…
Esto es posible, en la medida que vayamos conociendo
más a Jesús y su deseo de que estemos bien; si nos dejarnos guiar por el Espíritu,
entonces podremos, a pesar de críticas y descalificaciones, permitir que, en
nuestras palabras y acciones, den testimonio del mensaje de Jesús, allí donde
vivimos, trabajamos y convivimos.
¿Cómo conocer mejor a Jesús y su mensaje?... ¿Cómo evitar desanimarme
y ser testigo fiel de Jesús?...¿Como prestar más atención a la presencia de
Dios en todo, en todos?
PD. El próximo mes de agosto, comenzamos una nueva tanda de Ejercicios
Espirituales en la Vida Ordinaria, informes en: http://bit.ly/ejerciciosOL
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