Así, para
este cuarto domingo de Pascua, continuamos recordando lo que la Resurrección
nos has traído y como es que hoy podemos hacerlo realidad, escuchando y siguiendo
a Jesucristo: el Mesías, el Maestro, el Buen pastor, el Resucitado.
Evangelio
según
san Juan 10, 27-30
En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos:
"Mis ovejas escuchan mi voz; yo las conozco y ellas me siguen. Yo les doy
la vida eterna y no perecerán jamás; nadie las arrebatará de mi mano. Me las ha
dado mi Padre, y él es superior a todos, y nadie puede arrebatarlas de la mano
del Padre. El Padre y yo somos uno".
Reflexión:
¿Cómo alcanzar la
vida eterna?
Si bien el Evangelio de hoy es muy “corto”, sintetiza de una
manera muy clara, con tan solo tres verbos lo que lo que tenemos que
hacer para siempre alegrarnos y gozar de la salvación que nos
trae Jesús:
·
Escucharlo, es atender a sus palabras
y enseñanzas con atención, para comprender el mensaje, asimilarlo y vivirlo…
·
Conocerlo, es saber más sobre él y su
proyecto; entendiendo por qué y para qué de sus enseñanzas, la meta u horizonte
de su proyecto; de tal manera que nos enamoremos de su proyecto, y nos impulse
a hacerlo realidad…
·
Seguirlo, es poner en práctica, en nuestra
vida ordinaria, sus enseñanzas y actitudes, de tal manera que colaboremos en
que su proyecto de vida sea una realidad, allí donde estamos y vivimos, reflejando
su “imagen” en todo lo que hagamos …
Dios, siempre presente, en
todo y en todos, se ha manifestado para darnos a
conocer cuál es su deseo, para todos nosotros, sus creaturas: “tengamos una
vida que valga la pena vivir” (cfr. Principio y Fundamento de Ejercicios Espirituales
Ignacianos, Carlos Morfin, SJ).
La
frase "Yo soy el camino, la verdad y la vida" (Jn 14,6) es
una afirmación clave de Jesús:
·
Jesús, nos enseña que el camino es el amor, la fraternidad
y la justica, que nos da serenidad, propósito y paz para vivir bien, personal
y comunitariamente.
·
Jesús es la verdad revelada por Dios. Él no solo
dice la verdad, sino que también es la verdad misma, la realidad objetiva de
Dios y del mundo.
· Jesús vino para que tengamos
una “vida abundante” (Jn 10,10), vino a enseñarnos, cual es el camino
que nos lleva a esa “vida abundante”, la cual no se refiere solo a la
prosperidad material, sino a una vida plena, llena de alegría, paz y propósito
espiritual. Jesús ofrece una vida que supera la muerte y la destrucción
(vida eterna).
Jesús, el Buen Pastor,
solo quiere y desea nuestro bien, la vida y la abundancia para sus ovejas,
es decir, sus seguidores. Como sucesor de
Pedro, ahora corresponde al nuevo Papa ser el pastor de toda
la iglesia universal (católica), y nosotros habremos de escucharlo y dejarnos
guiar por él, para “como una Iglesia unida, buscando siempre la paz, la
justicia, tratando siempre de trabajar como hombres y mujeres fieles a
Jesucristo, sin miedo, para proclamar el Evangelio, para ser misioneros” León
XIV (8/05/25)
Escuchamos
a
Jesús y en él, al Padre (que son uno mismo), a través de los
testimonios narrados en las Escrituras (Biblia) y hoy en el nuevo Papa León
XIV, los obispos, sacerdotes, religiosos (mujeres y hombres) y personas
de buena voluntad, que, habiendo tenido la experiencia de Dios en su vida, nos
la transmiten, en “palabras y obras”, el mensaje de Jesús.
Para
confiar y tener fe en Jesús, hay que conocerlo, con la mente y el
corazón, para que, desde allí, podamos nosotros también como Pablo y
Bernabé (Hech 13, 14.
43-52), ser valientes promotores de la vida que Dios desea para nosotros y así,
seamos parte de la gran muchedumbre que goza del triunfo de la vida eterna (Ap 7, 9. 14-17).
Pidamos
al Dios fortaleza y sabiduría, para el nuevo Obispo de Roma León XIV.
¿Cómo
puedo conocer mejor a Jesús y su Buena Nueva?... ¿Cómo puedo colaborar con
Jesús, en hacer presente el reinado del amor?... ¿Cómo ser signo de paz en mi
casa, comunidad y trabajo?
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