Segundo Domingo de Navidad –
Ciclo C (Mt 2, 1-12) – enero 5, 2025
SOLEMNIDAD DE LA EPIFANÍA DEL SEÑOR
Isaías 60, 1-6; Salmo 71; Efesios 3, 2-3. 5-6
En
esta solemnidad de la Epifanía, manifestación o revelación, del
Niño Jesús a ´sabios de oriente’, o sea a los no judíos, la liturgia nos
guía cómo reconocer al Salvador …
Evangelio según
san Mateo 2,1-12
Jesús nació en Belén de
Judá, en tiempos del rey Herodes. Unos magos de Oriente llegaron entonces a
Jerusalén y preguntaron: “¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer?
Porque vimos surgir su estrella y hemos venido a adorarlo”.
Al enterarse de esto,
el rey Herodes se sobresaltó y toda Jerusalén con él. Convocó entonces a los
sumos sacerdotes y a los escribas del pueblo y les preguntó dónde tenía que
nacer el Mesías. Ellos le contestaron: “En Belén de Judá, porque así lo ha escrito
el profeta: Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres en manera alguna la menor
entre las ciudades ilustres de Judá, pues de ti saldrá un jefe, que será el
pastor de mi pueblo, Israel”.
Entonces Herodes llamó
en secreto a los magos, para que le precisaran el tiempo en que se les había
aparecido la estrella y los mandó a Belén, diciéndoles: “Vayan a averiguar
cuidadosamente qué hay de ese niño, y cuando lo encuentren, avísenme para que yo
también vaya a adorarlo”.
Después de oír al rey,
los magos se pusieron en camino, y de pronto la estrella que habían visto
surgir, comenzó a guiarlos, hasta que se detuvo encima de donde estaba el niño.
Al ver de nuevo la
estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa y vieron al niño
con María, su madre, y postrándose, lo adoraron.
Después, abriendo sus
cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra. Advertidos durante el
sueño de que no volvieran a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino.
Reflexión:
¿Cómo y dónde encontrar al Salvador?
Estamos todavía en el tiempo litúrgico de Navidad, y
celebramos hoy la Epifanía del Señor, es decir su manifestación
/ revelación al “mundo”, la cual, hoy estamos invitados a re-cordar
y re-crear.
Dios se nos manifiesta de diversas maneras:
·
En los profetas, como hoy, en Isaías, se nos llama a
saber mirar la luz, que disipa nuestras tinieblas; es el Señor,
nuestro salvador, es para toda la humanidad (cfr. Is 60, 1-6) …
·
En el débil y desvalido, para que,
ayudándolos, sean liberados de la opresión, reciban justicia y puedan vivir en
paz (cfr. Sal 71) …
·
En el Espíritu (Santo), que nos ilumina para
entender la Palabra de Dios en los evangelios, que nos hace partícipes
de la promesa de salvación (cfr. Efe 3, 2-3. 5-6) …
·
En un ángel, como a los pastores, que se les apareció
y les dió “la buena noticia, para todo el pueblo”, y fueron a Belén, a
ver al niño recién nacido (cfr. Jn 2, 9-12) …
·
O sea, en una persona, una homilía,
una reflexión … que nos dirija hacia Jesús.
La siguiente cita, nos ayuda a vincular esta fiesta dentro de
la Navidad: “el niño Jesús: este nombre
hebreo significa “Dios salva”, y eso es precisamente lo que Él hará. De hecho,
el Señor vino al mundo para darnos Su misma vida. Pensemos en esto: todos los
hombres son hijos, pero ninguno de nosotros eligió nacer. En cambio, Dios
eligió nacer por nosotros. Dios eligió. Jesús es la revelación de su
amor eterno, que trae paz al mundo” (Papa Francisco, Ángelus 1º enero ´25,).
Por eso, al celebrar la Epifanía, cada uno de
nosotros podríamos imaginar, que somos como uno de los ‘sabios de oriente’,
que podemos buscar dónde está el Salvador, dejándonos
guiar por los ´signos de los tiempos´, los profetas de nuestro tiempo y nuestra
búsqueda personal, para que, al encontrarlo en nuestra vida diaria, podamos alabarlo,
reverenciarlo y servirlo.
Esto implica estar atentos, para darnos cuenta y evitemos, que los
engaños de los Herodes actuales, impidan que la salvación que nos trae
el niño Jesús, se haga presente en la nuestra historia.
¿Cómo
reconocer la presencia de Jesús en mi vida?... ¿Los dones que Él me ha dado, cómo
puedo ofrecerlos, para que la salvación se haga realidad?... ¿Cómo evitar ser engañado
para no encontrarme con Jesús?
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