sábado, 27 de julio de 2024

XVII Domingo de Tiempo Ordinario – Ciclo B (Reflexión)

 XVII Domingo de Tiempo Ordinario – Ciclo B (Juan 6, 1-15) – julio 28, 2024 
2 Reyes 4, 42-44; Salmo 144; Efesios 4,1-6



El texto de la liturgia de hoy, nos recuerda actitudes para que estando atentos a la necesidad de los demás y compartiendo de lo que tenemos y podemos, colaboramos a que el Reino de Dios se haga presente donde vivimos…

Evangelio según san Marcos 6, 30-34

En aquel tiempo, Jesús se fue a la otra orilla del mar de Galilea o lago de Tiberíades. Lo seguía mucha gente, porque habían visto los signos que hacía curando a los enfermos. Jesús subió al monte y se sentó allí con sus discípulos.

Estaba cerca la Pascua, festividad de los judíos. Viendo Jesús que mucha gente lo seguía, le dijo a Felipe: "¿Cómo compraremos pan para que coman éstos?". Le hizo esta pregunta para ponerlo a prueba, pues Él bien sabía lo que iba a hacer. Felipe le respondió: "Ni doscientos denarios de pan bastarían para que a cada uno le tocara un pedazo de pan". Otro de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dijo: "Aquí hay un muchacho que trae cinco panes de cebada y dos pescados. Pero, ¿qué es eso para tanta gente?" Jesús le respondió: "Díganle a la gente que se siente". En aquel lugar había mucha hierba. Todos, pues, se sentaron ahí; y tan sólo los hombres eran unos cinco mil.

Enseguida tomó Jesús los panes, y después de dar gracias a Dios, se los fue repartiendo a los que se habían sentado a comer. Igualmente les fue dando de los pescados todo lo que quisieron. Después de que todos se saciaron, dijo a sus discípulos: "Recojan los pedazos sobrantes, para que no se desperdicien". Los recogieron y con los pedazos que sobraron de los cinco panes llenaron doce canastos. Entonces la gente, al ver el signo que Jesús había hecho, decía: "Éste es, en verdad, el profeta que habría de venir al mundo". Pero Jesús, sabiendo que iban a llevárselo para proclamarlo rey, se retiró de nuevo a la montaña, él solo.

Reflexión:

¿Qué tengo para compartir?

El próximo 31 de julio, celebramos la fiesta de San Ignacio de Loyola, quien al final de los Ejercicios Espirituales, en la contemplación para alcanzar amor, nos dice que “el amor, se más en obras que en palabras … compartiendo de lo que tengo y puedo” (cfr.EE 230), de esto se trata la liturgia de hoy.

Nosotros los seres humanos, somos creaturas y tenemos necesidades básicas que permiten que podamos crecer, desarrollamos y dar frutos para contribuir a que los demás también tengan vida. Papá Dios, el Señor, el Creador, ha dispuesto todo, para que la creación entera sea para la vida.

En el Principio y Fundamento de los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola, nos ayuda a descubrir que tenemos un ‘para’, un sentido de vida, que hay que desarrollar, para ser persona: “constituye la mínima materia prima (principio) con la que alguien inexperto podría empezar a considerar su vida, y así empezar a fundar (fundamento) un edificio de decisiones vitales sobre cimientos realmente sólido… es nuestro ‘para’, nos descentra de nuestro ego y nos apunte hacia los demás.” (cfr. Joan Morera SJ.)

Lo anterior está relacionado con lo que hoy se narra en las lecturas y el evangelio; las enseñanzas de Jesús, son una manera en que él cumple su misión, la de salvarnos, de todo aquello que evita que pudiéramos tener una vida abundante y plena (cfr. Jn 10,10).

En el Padrenuestro, Jesús nos enseña a pedir “el pan nuestro de cada día”, que nos alimenta íntegralmente: cuerpo, mente y espíritu; hoy nos enseña como conseguirlo: compartiendo, colaborando, haciendo caso a sus indicaciones (que siempre serán para el bien común), comportándonos “humildes y amables”, “siendo comprensivos y soportándonos con amor”… lo que resulta en que viviendo así, reflejamos el amor de Dios, “que actúa a través de todos y vive en todos”…  

El milagro de la multiplicación de los panes, es el milagro que nos transforma en personas que contemplan el mundo (donde vivimos) y colaboran, al estilo de Jesús, para los demás también tengan lo necesario, para vivir una vida diga y no pasen necesidades tanto materiales, intelectuales y espirituales.

Los invitamos el próximo mes de agosto, a nueva tanda de Ejercicios Espirituales Ignacianos en la Vida Ordinaria, que son una manera de orar, para aprender a discernir y encontrar a Dios en todo y en todos:  http://bit.ly/ejerciciosOL


¿Qué dones (panes y peces) tengo para compartir?... ¿Cómo agradecer a Dios, por tanto bien recibido?... ¿Cómo dejarme guiar por el Espíritu de Dios, para hacer el bien?...

 

Alfredo Aguilar Pelayo 
#RecursosParaVivirMejor 

 

Para profundizar, leer aquí.
Columna publicada en: https://bit.ly/RBNenElHeraldoSLP




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