jueves, 20 de noviembre de 2025

XXXIV DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO – (Reflexión)

 XXXIV DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO Ciclo C noviembre 23, 2025

NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO, REY DEL UNIVERSO 

Samuel 5, 1-3 / Salmo 121 / Colosenses 1, 12-20



Cerramos el año litúrgico – Ciclo C – después de haber hecho un recorrido por nuestra historia de salvación, a través de la Palabra, con la solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo.

Evangelio según san Lucas 23, 35-43

Cuando Jesús estaba ya crucificado, las autoridades le hacían muecas, diciendo: “A otros ha salvado; que se salve a sí mismo, si él es el Mesías de Dios, el elegido”.

También los soldados se burlaban de Jesús, y acercándose a él, le ofrecían vinagre y le decían: “Si tú eres el rey de los judíos, sálvate a ti mismo” Había, en efecto, sobre la cruz, un letrero en griego, latín y hebreo, que decía: “Este es el rey de los judíos”.

Uno de los malhechores crucificados insultaba a Jesús, diciéndole: “Si tú eres el Mesías, sálvate a ti mismo y a nosotros”. Pero el otro le reclamaba, indignado: “¿Ni siquiera temes tú a Dios estando en el mismo suplicio? Nosotros justamente recibimos el pago de lo que hicimos. Pero éste ningún mal ha hecho”. Y le decía a Jesús: “Señor, cuando llegues a tu Reino, acuérdate de mí”. Jesús le respondió: “Yo te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso”.

Reflexión:

¿Un Rey crucificado?

Comienzo esta reflexión, con la siguiente afirmación: Jesús, se hizo hombre, para salvarnos.

Durante las pasadas cincuenta y una semanas, hemos recordado y recorrido el camino que Jesús siguió para llevar al cabo su misión salvadora, enseñándonos y mostrándonos cómo es el Reino de su Padre y cuáles son sus deseos, para nosotros, sus hijos.

Podríamos decir que toda la Escritura es una narración de la historia de salvación de la humanidad, que va descubriendo la presencia de Dios, y reconociéndolo como creador de todos y de todo lo que existe: “Ha sido Dios, creador del mundo, el mismo que formó el género humano y creó cuanto existe … Te ruego, hijo mío, que mires el cielo y la tierra, y te fijes en todo lo que hay en ellos; así sabrás que Dios lo ha hecho todo de la nada y que en la misma forma ha hecho a los hombres” (2 Mac 7, 1.20-31)

Para terminar el ciclo litúrgico, celebramos la soberanía del amor de Cristo, que reina sirviendo, reconciliando y dando la vida… salvándonos. Las lecturas de ese día trazan un camino que muestra cómo Dios hace reinar su amor en medio de la debilidad humana.

Jesús, enviado por el Padre, se ha hecho cercano a nosotros, para ser nuestro guía (pastor) hacia el Padre, a llevarnos hacia su casa, “qué alegría cuando me dijeron: vamos a la casa del Señor” ... para mostrarnos y que podamos reconocerlo en la vida ordinaria: en la justicia, en la paz, en la unidad (cfr. Sal 121).

Jesús, en palabras de Pablo, es centro y plenitud de toda la creación: “Todo fue creado por él y para él… en él todo subsiste” (Col 1, 12-20), y así Cristo reina porque reúne lo disperso, reconcilia lo roto, ilumina lo oscuro … así, restaura la paz entre Dios y la humanidad.

El evangelio nos coloca ante la paradoja del Reino: el Rey crucificado. Mientras unos se burlan, un ladrón lo reconoce: “Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu Reino”. Y Jesús responde con ternura: “Hoy estarás conmigo en el paraíso“… En la cruz se revela la verdadera majestad: un amor que perdona, que salva, que no abandona ni a los últimos.

San Ignacio nos invita a contemplar a Cristo Rey como el Señor que llama (Ejercicios Espirituales, n. 91-98): un Rey eterno que convoca a todos a trabajar con Él en la construcción del Reino del Padre. Seguirlo implica asumir su modo de reinar: desde la pobreza, el servicio, el perdón y la entrega total de sí.

Reinar con Cristo es servir con amor, dejar que Él sea el centro de la vida, y trabajar para que su paz y su justicia crezcan en el mundo.

A este Rey del Amor, es a quien hoy glorificarnos.

¿Qué significa para mí que Cristo “reine” en mi vida?... ¿Dónde descubro hoy a Cristo reinando en medio de lo frágil y lo herido del mundo?... ¿Cómo puedo colaborar en la construcción de su Reino de reconciliación y paz, desde mi realidad cotidiana?

 

Alfredo Aguilar Pelayo 
#RecursosParaVivirMejor 

 

Columna publicada en: https://bit.ly/RBNenElHeraldoSLP 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

XXXIV DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO – (Reflexión)

  XXXIV DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO – Ciclo C noviembre 23, 2025 NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO, REY DEL UNIVERSO  Samuel 5, 1-3 / Salmo 121 /...