Evangelio según
san Lucas 17, 5-10
En aquel tiempo, los apóstoles dijeron al Señor: “Auméntanos la
fe”. El Señor les contestó: “Si tuvieran fe, aunque fuera tan pequeña como una
semilla de mostaza, podrían decir a ese árbol frondoso: ‘Arráncate de raíz y
plántate en el mar’, y los obedecería.
¿Quién de ustedes, si tiene un siervo que labra la tierra o
pastorea los rebaños, le dice cuando éste regresa del campo: ‘Entra enseguida y
ponte a comer’? ¿No le dirá más bien: ‘Prepárame de comer y disponte a
servirme, para que yo coma y beba; después comerás y beberás tú’? ¿Tendrá acaso
que mostrarse agradecido con el siervo, porque éste cumplió con su obligación?
Así también ustedes, cuando hayan cumplido todo lo que se les
mandó, digan: ‘No somos más que siervos, sólo hemos hecho lo que teníamos que
hacer’ “.
Reflexión:
¿Cómo aumentar mi
fe en Jesús?
Lo que el profeta Habacuc dice hoy en la primera lectura, parece
tan actual, que podríamos poner sus palabras en boca de tanta gente, de muchos
países y en todos los continentes, que sufren y claman al cielo: “¿Hasta
cuándo, Señor, pediré auxilio, sin que me escuches, y denunciaré a gritos la
violencia que reina, sin que vengas a salvarme?” (Hab 1,
2-3)
Basta leer las noticias en periódicos, impresos o digitales, para
darnos cuenta lo mal que estamos como sociedad, como humanidad, causando tanto
dolor … en nuestro propio país se escuchan los clamores por la carestía,
la inseguridad y precariedad. Lo anterior es consecuencia de lo
que hacen personas y grupos con poder, que no tienen límite a sus ambiciones y
en aras de obtener lo que quieren, oprimen y explotan a la gente y
a la misma naturaleza, saqueando los recursos naturales de los que dependemos. Es
la triste realidad.
Afortunadamente, sigue habiendo voces, de profetas actuales y
grupos que, nos animan como a Timoteo (el que honra a
Dios), a ser testigos de “fortaleza, de amor y moderación”,
“sostenidos por la fe en Cristo” y “con la ayuda del Espíritu Santo”
(cfr. 1Tim 1, 13-14), y podamos enfrentar lo que la
realidad nos presenta, para buscar tanto el bien propio, como el bien común.
El evangelio (Buena Nueva) nos da pistas de cómo podemos lograr
enfrentar las adversidades al estilo de Jesús y colaborar con él, para tener
una mejor vida: teniendo un corazón abierto a la compasión, y a la misericordia,
que nos permita tener relaciones interpersonales sanas, donde el perdón, la
reconciliación y la reparación, sean es el medio para lograrlo.
Habremos, los seguidores de Jesús, de confiar en él, y
poner nuestra esperanza en Dios, que nos impulsa a mirar hacia el futuro con
alegría y seguridad; tener fe es creer en las promesas de Dios, quien
solo desea nuestro bien.
Estamos invitados pues, a vivir nuestra fe, para transformar
nuestra propia vida, y las de los demás en nuestro entorno, con fe en Jesús y
sus enseñanzas; así, seremos capaces de hacer posible, lo imposible; porque
“habremos hecho lo que teníamos que hacer… no ser sordos a su voz… agradecer
y vivir lo que él nos enseña”.
¿Cuándo
podemos colaborar para transformar la realidad, de quién sufre?... ¿Cómo tener
a Jesús como fundamento?... ¿Cómo construir relaciones interpersonales
fraternas?
Columna publicada en: https://bit.ly/RBNenElHeraldoSLP
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